Mamarazzi 101: Hablemos sobre cómo habla una fotografía.
¿Crees que puedes conseguir que tu fotografía familiar hable por si misma, que exprese de forma rotunda aquello que querías expresar cuando decidiste hacer esa fotografía? Si en el anterior post de este curso introducción sobre cómo ser mamarazzi y conseguir las mejores fotografías de familia hablamos sobre la luz, la materia prima con la que crear una imagen, en este nuevo capítulo os voy hablar del segundo de los pilares en fotografía… la composición. Si la luz es el elemento que define el lenguaje de la fotografía, podemos decir sin lugar a dudas que la composición es la gramática de ese lenguaje. De la misma manera que dependiendo de cómo estructuremos las palabras dentro de una frase podemos cambiarle completamente el sentido, cuando compongamos una foto, cómo organicemos los elementos nos servirá para conseguir decir una u otra cosa completamente distinta.
¿Pero qué es eso de la composición? Imagina que de repente nos damos cuenta de que estamos en un lugar espectacular, y que queremos hacer una foto de nuestra familia en ese momento, porque ya lo sabemos del anterior post, la luz que disponemos es realmente espectacular para hacer una foto de familia… Sacas la cámara, y enseguida te haces una serie de preguntas, aunque sea de manera inconsciente: ¿desde dónde hago la foto? ¿cómo organizo a la familia para la fotografía? ¿dejo más espacio, arriba, a los lados, detrás, o me centro en ellos? ¿Qué encuadre? ¿Qué elementos que encuentro alrededor me ayudan en la foto y cuáles me sobran? Todos esas preguntas te ayudaran a “montar” una fotografía. Parece una labor ardua, hacerse tantas preguntas para una foto, madre mía, da pereza. Pero como en un lenguaje que aprendes, tienes multitud de opciones, palabras que pegan, frases hechas que utilizas con el tiempo y de manera automática, porque aprendes qué es lo que tienes que seleccionar de todo el catálogo de esa lengua para decir lo que quieres decir.
Ni que decir tiene que para aprender sobre composición necesitas algo más extenso que una sola esta entrada de blog sobre fotografía de Mamarazzis. Existen reglas más o menos comunes que puedes aprender y que te invito a que las curiosees. La buena noticia es que tienes absoluta libertad para saltártelas (“¿¡pero qué me dices!?”). La fotografía tiene que ser creatividad, es expresión artística, y si las reglas fueran estrictas e infranqueables, un álbum de fotografía familiar se asemejaría (utilizando de nuevo nuestro símil sobre lenguaje) a un tomo del Boletín Oficial del Estado. Piensa en los poetas, probablemente dominan el lenguaje mejor que nadie, porque necesitan de ello para ser capaces de saltarse las estructuras de expresión comunes y modificarlas en su ventaja para transmitir, de una manera creativa, bella y única su propio mensaje. Conseguir eso en términos fotográficos es lo que nos hace parar un par de segundos de más en una imagen concreta cuando pasamos el dedo sobre nuestro Instagram.
Y después de todo esto, ahora vienen los consejos que te pueden servir, que al fin y al cabo, es probablemente lo que más te va a ayudar en tu progresión como Mamarazzi.
Primera anotación: La dificultad cuando haces una foto es que tienes que estar más alerta de lo que tu cerebro está en ese momento. Pongamos un ejemplo… estás leyendo este post completamente interesado/interesada (o eso espero…). Detente un segundo y mira a tu alrededor, observa y sé consciente de todos los elementos que tienes cerca de ti (yo acabo de descubrir un bolígrafo a escasos diez centímetros de mi mano izquierda). Ahora trata de identificar los ruidos que escuchas…. También sabías que estaban ahí, pero, ¿realmente los estabas escuchando? Lo más probable es que no, que tu cerebro haya optado por dejar fuera el sonido que no interfiere directamente en lo que estás concentrado. Tu cerebro está constantemente discriminado lo que considera que no es importante. Miras a la persona que más amas en este mundo con ojos de corderito, y ya puede estar pasando alrededor tuya un unicornio en patines, que probablemente tu cerebro decida no hacerle ni caso… (unicornios en patines a él… ¡bah!). Y para muestra un experimento real: algunos de vosotros conoceréis el clásico video de contar los pases la pelota de baloncesto entre el equipo de la camiseta blanca… y para quien no lo conozca, aquí os dejo el video sobre lo que tu cerebro no quiere que tú sepas…
Vale, has visto el video, y lo entiendes, y si lo piensas es totalmente obvio. Te concentras en algo para sacarle el mayor jugo, y eso está bien. El problema es que cuando vemos una fotografía perdemos completamente esa capacidad de discriminar… quizás porque es un objeto en dos dimensiones, en esa foto que hemos hecho vamos a verlo todo por igual, objetos principales, secundarios, y aquellos que ni nos dimos cuenta de que estaban allí cuando tomábamos esa fotografía. Por lo tanto, a la hora de componer, de pensar en cómo vamos a hacer una foto, tenemos que ordenar a nuestro cerebro que deje de discriminar, que analice todo por igual y que nos alerte si de repente, delante de esa maravillosa fotografía familiar que estamos a punto de hacer hay tirado algo que debería estar en una papelera… (queda tanto desconsiderado por el mundo…). Así que recuerda, como fotógrafo familiar, mi consejo es que, antes de apretar el botón de tu cámara asegúrate muy bien de ver todo lo que hay dentro de ese encuadre y que vaya a salir en la foto… Es un entrenamiento que repercutirá de manera crítica en tus fotografías.
Segunda anotación: En términos de composición, lo primero que vas a aprender es la regla de los tercios (“para reglas matemáticas estoy ahora…”, me dirás). No es una regla inventada por fotógrafos, los pintores más clásicos ya la utilizaban, deriva directamente del concepto de las “Proporciones Aureas”, y es muy sencilla. Básicamente viene a decir que en un formato rectangular como el que nos da cualquier cámara, los objetos principales de la fotografía deben colocarse a la altura de las líneas verticales y horizontales si el plano lo dividiéramos en tercios. Mirad esta foto más abajo como ejemplo.
Colocar a los elementos principales de la foto en esas guías nos da una composición estructurada, robusta, y más comprensible por nuestros ojos… y eso nos ayuda a entender la foto mejor. Por eso no verás en casi ninguna foto que la línea del horizonte se coloca en mitad de la imagen, sino en la línea de abajo (dos tercios de cielo, y uno de tierra) o en la de arriba (viceversa).
De hecho, abrid un segundo la cámara del móvil. En los iPhone vienen por defecto, y en algunos Androids tenéis que activarlo, pero esta misma cuadrícula, si, exáctamente esta misma cuadrícula que define la regla de los tercios aparece en la pantalla cuando activáis la cámara del móvil. ¿Casualidad? No lo creemos…
¿Significa que tenemos que colocar a la familia para la fotografía siguiendo estas líneas? No necesariamente, no todo el tiempo… porque además, puede dar una composición muy estática, podemos romper esas reglas, y a veces sirve para generar cierta tensión en la imagen… dinamismo, acción… y si hay algo que sobra en los peques de la casa es precisamente eso…
¿Queréis otro consejo? Uno muy importante: menos es más. A la hora de crear una foto, no necesitas mostrarlo todo, elimina elementos que te sirvan para concentrar la vista, incluso puedes dejar que quien vea la foto trate de entender la historia detrás de esa foto.
¿Otro consejo más? Siempre que hagáis fotografía infantil, lo suyo es colocaros en su mundo, y para ello, lo primero es que hagas las fotografías desde su altura, haz el esfuerzo de agacharte… es una manera de ponerte mostrar las cosas desde su mundo, y hacerlo visual en una fotografía.
¿Y en qué más nos podemos fijar a la hora de componer? En lo que quieras, ahí está tu punto creativo… puedes jugar con elementos tan básicos como formas geométricas dentro de la foto, líneas que se generen, puntos, texturas, patrones, tonos o colores… distancia al sujeto… contraste entre luz y sombra…. Cualquier cosa que se te ocurra. Incluso puedes utilizar varias fotos para componer una historia, no necesariamente tienes que utilizar una sola imagen. Si queréis saber más podéis preguntarme en vuestros comentarios, hacerme preguntas en privado, o simplemente pedidme recomendaciones sobre dónde aprender un poco más sobre composición. Creedme, merece la pena aprender para ser un/una mamarazzi.
Os dejo con unas fotos, todas de la misma sesión para que aprendáis cosas prácticas.
Y dejémoslo por hoy… creo que tenéis información suficiente como para pensar sobre composición. Sé que puede ser abrumador pensar en todo ello, pero si tenéis que quedaros con un par de detalles para mejorar vuestra fotografía familiar, y ser estupendos y estupendas mamarazzis que sea lo siguiente: toda foto tiene una lectura, si te acostumbras a ver y a hacer fotos, desarrollarás esa capacidad de leer una fotos… pero sobre todo a hablar a través de una fotografía… Eso, y prestad mucha atención al encuadre… qué metéis y qué sacáis de la foto…
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